La percepción del significado costo o esfuerzo desproporcionado varía de acuerdo a la incidencia significativa en una transacción o un desembolso por parte de una entidad; por ejemplo, para una empresa que realiza un pago de $6.000.000, puede no ser significativo por su alto nivel de ingresos o de activos, en cambio, para otra organización que genere un desembolso por este mismo valor ocasione un costo o esfuerzo desproporcionado, dependiendo del costo – beneficio que se conciba para la entidad. “Costo o esfuerzo desproporcionado” es un concepto que no se encuentra definido en la NIIF para las PYMES deliberadamente, porque su aplicación dependerá de las circunstancias específicas de las PYMES o del juicio profesional de la gerencia para evaluar costos y beneficios. Determinar si el importe de un costo o esfuerzo es excesivo (desproporcionado) requiere necesariamente que se considere como la disposición de tal información podría afectar a las decisiones económicas de los usuarios de los estados financieros. La aplicación de un requerimiento daría lugar a un “costo o esfuerzo desproporcionado” ya sea porque el costo es excesivo (por ejemplo, los honorarios de un tasador son excesivos) o los esfuerzos de los empleados son excesivos en comparación con los beneficios que recibirían los usuarios de los estados financieros por contar con la información. La evaluación de si el cumplimiento de un requerimiento dará lugar a un “costo o esfuerzo desproporcionado” debería basarse en la información disponible acerca de los costos y beneficios en el momento del evento o de la transacción. En una medición posterior, la evaluación del “costo o esfuerzo desproporcionado” debería basarse en la información disponible en la fecha de la medición (por ejemplo, la fecha de los estados financieros).” (IFRS,2012)