En un mundo empresarial cada vez más complejo y regulado,
la confianza en la información financiera es fundamental para el funcionamiento
de los mercados. La contaduría pública y la auditoría desempeñan un papel
crucial en el mantenimiento de esta confianza, asegurando que la información
proporcionada a los inversionistas, reguladores y otras partes interesadas sea
precisa y fiable.
En el corazón de esta profesión, dos conceptos son
esenciales, el escepticismo profesional y la debida diligencia. Estos términos,
lejos de ser meras jergas técnicas, son los baluartes que sustentan la
integridad y la calidad del trabajo de los contadores y auditores.
El Escepticismo Profesional
MÁS QUE UNA ACTITUD CRÍTICA
El escepticismo profesional no es simplemente una
disposición a dudar; es una metodología aplicada y una mentalidad crítica que
los auditores y contadores deben incorporar en su trabajo diario. Se trata de
cuestionar la validez de la información y las explicaciones presentadas,
independientemente de las experiencias pasadas y sin caer en el cinismo.
Este enfoque inquisitivo garantiza que no se den por
sentadas las evidencias y que se esté preparado para identificar anomalías y
potenciales señales de fraude o error.
Debida Diligencia
LA RIGUROSIDAD EN ACCIÓN
La debida diligencia, por otro lado, es la ejecución
meticulosa y consciente de la responsabilidad profesional. Significa que los
contadores y auditores deben ejercer un cuidado y diligencia razonable en la
realización de su trabajo, aplicando su conocimiento especializado y siguiendo
las normas establecidas. La debida diligencia se manifiesta en cómo se
recopilan las pruebas, se evalúan los riesgos y se comunican los hallazgos.
Intersección y Sinergia
LA ASOCIACIÓN ENTRE ESCEPTICISMO PROFESIONAL Y DEBIDA
DILIGENCIA
El escepticismo profesional y la debida diligencia no
operan en silos; están intrínsecamente entrelazados. El escepticismo
profesional alimenta la debida diligencia al proporcionar la mentalidad
necesaria para abordar el trabajo con la exhaustividad, precaución y atención
meticulosa que se requiere. Juntos, estos dos principios crean un marco robusto
para detectar y abordar los problemas antes de que se conviertan en crisis
financieras o escándalos de auditoría.
El Impacto en la Práctica Contable y de Auditoría
La adopción de un escepticismo profesional adecuado y la
realización de la debida diligencia no solo son expectativas éticas; tienen un
impacto tangible en la calidad de la auditoría y la confiabilidad de los
estados financieros. Los auditores que aplican estos principios de manera
efectiva pueden proporcionar un nivel de garantía más alto y potenciar la
confianza de los inversores, reguladores y el público en general en los
informes financieros.
Escepticismo y Diligencia
ANTÍDOTOS CONTRA EL FRAUDE Y EL ERROR
El escepticismo profesional actúa como un antídoto contra
la complacencia y el riesgo de pasar por alto prácticas cuestionables. En
combinación con la debida diligencia, forma una barrera defensiva contra el
fraude y el error material. Los profesionales que encarnan estos conceptos son
menos propensos a aceptar explicaciones sin la debida verificación y más
propensos a profundizar en los detalles cuando se encuentran con discrepancias
o información ambigua.
Desafíos y Responsabilidades
No obstante, aplicar escepticismo profesional y ejercer
debida diligencia no están exentos de desafíos. Los contadores y auditores a
menudo enfrentan presiones, tanto internas como externas, para cumplir con
plazos ajustados o manejar expectativas de clientes. Estas presiones pueden
tentar a los profesionales a tomar atajos o a confiar demasiado en la
información proporcionada. Mantener una postura de escepticismo y diligencia
requiere coraje, integridad y un firme compromiso con los estándares profesionales.
La debida diligencia, en cambio, es el proceso de
mantenimiento y operación del faro. Es el esfuerzo continuo y meticuloso para
asegurarse de que la luz del faro esté siempre brillando con la máxima
intensidad y alcance. Esto se logra a través de prácticas rigurosas y
detalladas, como la revisión exhaustiva de documentos, la evaluación de
controles internos y la verificación de las transacciones financieras. Al igual
que el faro debe funcionar con precisión y confiabilidad, la debida diligencia
garantiza que los estándares profesionales se apliquen y se cumplan sin
excepción, asegurando que la orientación proporcionada sea siempre de la más
alta calidad.
Juntos, el escepticismo profesional y la debida
diligencia son los componentes críticos que permiten a los fareros (contadores
y auditores) cumplir con su misión vital: guiar a los barcos (empresas) hacia
un puerto seguro (integridad financiera y transparencia), donde los inversores,
reguladores y el público pueden tener confianza en la veracidad de su posición
y trayectoria.
Escepticismo profesional y debida diligencia son como los
faros
Imagine que el mundo financiero es un vasto océano y las
empresas son barcos que navegan en estas aguas, a menudo turbulentas y llenas
de incertidumbres. Los contadores y auditores son como los fareros cuya tarea
es asegurarse de que estos barcos naveguen de manera segura y eficiente,
evitando los peligros que puedan encontrarse en su camino.
El escepticismo profesional es como el faro en sí mismo, equipado con una luz potente y penetrante que se extiende a través de la niebla y la oscuridad. Esta luz representa la mentalidad crítica que los contadores y auditores deben proyectar sobre la información financiera. Con ella, pueden identificar riesgos ocultos, escollos como el fraude y la tergiversación, y asegurar que los barcos (empresas) no se desvíen de su curso debido a información errónea o engañosa.
Evaluación del
Escepticismo Profesional en la Contaduría Pública y la Auditoría.
Medir o juzgar el
escepticismo profesional en contadores o auditores es un reto, ya que se trata
de una actitud mental y un enfoque en el trabajo que no es cuantificable de
manera directa. Sin embargo, hay ciertos indicadores y comportamientos que
pueden evidenciar la presencia y el grado de escepticismo profesional. Aquí
algunos métodos y consideraciones para evaluarlo.
1. REVISIÓN DE LA DOCUMENTACIÓN DE
AUDITORÍA
El escepticismo
profesional y la debida diligencia no operan en silos; están intrínsecamente
entrelazados. El escepticismo profesional alimenta la debida diligencia al
proporcionar la mentalidad necesaria para abordar el trabajo con la
exhaustividad, precaución y atención meticulosa que se requiere. Juntos, estos
dos principios crean un marco robusto para detectar y abordar los problemas
antes de que se conviertan en crisis financieras o escándalos de auditoría.
2. EVALUACIÓN DE JUICIOS PROFESIONALES
Los juicios
profesionales son una parte clave del trabajo de un auditor. Evaluar cómo el
auditor llega a sus juicios, especialmente en áreas que requieren estimaciones
significativas o donde hay incertidumbre, puede mostrar si el auditor ha
considerado diferentes puntos de vista y ha cuestionado supuestos clave.
3. INDICADORES DE COMPORTAMIENTO
Evaluar si el
auditor ha mostrado curiosidad, ha realizado preguntas desafiantes, ha sido
persistente en la búsqueda de información relevante, y si ha mostrado
disposición para escuchar y considerar las perspectivas de otros.
4. ANÁLISIS DE CASOS DE FRAUDE O ERROR
En
situaciones donde se ha identificado fraude o errores significativos, revisar
cómo el auditor manejó las señales de alerta puede proporcionar
retroalimentación sobre su escepticismo profesional. Se considera si el auditor
reconoció las señales y cómo ajustó su enfoque en respuesta.
5. REVISIÓN
DE PARES Y SUPERVISIÓN
La revisión de pares y la supervisión interna son
procesos que pueden ayudar a evaluar el escepticismo profesional. Durante estas
revisiones, se puede valorar si los auditores han mantenido una actitud de
cuestionamiento y si han actuado con independencia de juicio.
6. ENTRENAMIENTO
Y DESARROLLO CONTINUO
Evaluar la formación y el compromiso del auditor con el aprendizaje continuo puede proporcionar indicios sobre su escepticismo profesional. Aquellos que buscan activamente mejorar su conocimiento y habilidades suelen estar más preparados para aplicar un escepticismo profesional efectivo.
7. RESULTADOS
DE INSPECCIONES REGULATORIAS
Las inspecciones de los organismos reguladores pueden
señalar deficiencias en el trabajo de auditoría que podrían estar relacionadas
con la falta de escepticismo profesional. Las observaciones de los inspectores
a menudo proporcionan una evaluación objetiva del trabajo realizado.
8. RETROALIMENTACIÓN
DE CLIENTES Y OTRAS PARTES INTERESADAS
Las percepciones de los clientes y otras partes
interesadas, como los comités de auditoría, sobre la disposición del auditor a
cuestionar y desafiar la información y las suposiciones pueden ser indicativas
de un escepticismo profesional. La retroalimentación sobre cómo el auditor
interactúa con la gerencia y maneja las situaciones difíciles puede ser un
indicador valioso de su aproximación escéptica.
9. AUTOEVALUACIONES Y ENCUESTAS DE DESEMPEÑO
Los juicios profesionales son una parte clave del trabajo
de un auditor. Evaluar cómo el auditor llega a sus juicios, especialmente en
áreas que requieren estimaciones significativas o donde hay incertidumbre,
puede mostrar si el auditor ha considerado diferentes puntos de vista y ha
cuestionado supuestos clave.
10. ANÁLISIS
DE DECISIONES EN ÁREAS GRISES
Evaluar cómo el auditor maneja las áreas de juicio, donde
las reglas contables permiten más de una interpretación, puede ser revelador.
Un auditor escéptico es probable que profundice más y busque evidencia
adicional en estas situaciones antes de llegar a una conclusión.
En la práctica, el escepticismo profesional se evalúa
mejor mediante una combinación de estos métodos, ya que un enfoque diverso
puede ofrecer una imagen más completa de cómo el auditor aborda su trabajo. Las
firmas de auditoría, las organizaciones profesionales y los reguladores deben
trabajar juntos para fomentar y evaluar un escepticismo profesional efectivo,
lo cual es esencial para la calidad de la auditoría y la confianza en la
información financiera.
CONCLUSIÓN
El escepticismo profesional y la debida diligencia son
más que conceptos; son comportamientos y prácticas esenciales que definen la
calidad y el valor de la profesión contable y de auditoría. Al ser aplicados
consistentemente, refuerzan la credibilidad y la transparencia de los informes
financieros, y juegan un papel vital en la protección de la integridad de los
mercados financieros. En última instancia, estos principios no solo benefician
a los contadores y auditores en su desarrollo profesional, sino que también
sirven como la base sobre la cual se construye la confianza en la información
financiera en la economía global.
Este artículo proporciona una perspectiva sobre cómo el escepticismo profesional y la debida diligencia son fundamentales para la práctica de la contaduría pública y la auditoría, destacando su importancia en el mantenimiento de los estándares éticos y la calidad del trabajo en el campo.
Autor:
Arturo
Baltodano
BCR
Consultores
ALTAC
Costa Rica
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