En
el cierre de los Juegos Olímpicos de París, el mundo ha sido testigo una vez
más de la maratón, esa prueba reina que simboliza la cúspide del esfuerzo
humano y la perseverancia. Esta carrera de largo aliento, que recorre las
históricas calles de la ciudad, no solo desafía a los atletas físicamente, sino
también mentalmente, recordándonos que la verdadera grandeza se alcanza cuando
el cuerpo y la mente se alinean en un propósito común. Al igual que en la
maratón olímpica, donde cada paso es un testimonio de la preparación, el
sacrificio y la determinación, la contabilidad como carrera profesional refleja
estos mismos principios. Cada nueva norma, reforma tributaria y cambio
económico que enfrentamos es un desafío que, como contadores, debemos superar
con la misma resiliencia y ética que caracteriza a los grandes corredores de
maratón.
La
contabilidad es una carrera de largo aliento, semejante a una maratón en la que
cada paso, cada decisión, y cada actualización normativa son parte de un
recorrido que demanda preparación, resistencia y, sobre todo, ética. Al igual
que en una maratón, donde los corredores se enfrentan a la "muralla"
o "pared" ese momento de agotamiento extremo donde la fatiga amenaza
con detenerlos, los contadores también encuentran su propia "pared"
en las complejidades y desafíos que la profesión presenta, la constante emisión
de nuevas normas contables, las reformas tributarias, los cambios en la
economía global, y la incorporación de tecnologías emergentes como la
inteligencia artificial. Estos desafíos pueden parecer insuperables, pero son
también los que forjan a los profesionales más fuertes y comprometidos.
El
Desafío de la Innovación Constante
En
una maratón, el corredor se enfrenta a colinas y descensos, a momentos de
fatiga y a la tentación de rendirse. Del mismo modo, en la contabilidad, los
profesionales deben adaptarse a una serie interminable de cambios y
actualizaciones. Hoy, enfrentamos la implementación de las Normas
Internacionales de Información Financiera (NIIF), que incluyen directrices
sobre sostenibilidad y cambio climático, un área que exige no solo conocimiento
técnico, sino también una profunda comprensión de cómo estas normas impactan en
la toma de decisiones empresariales.
Estos
nuevos estándares representan, para muchos, esa "pared" que parece
insuperable. El aprendizaje y la correcta aplicación de estas normas pueden ser
tan arduos como los columpios de una maratón. Sin embargo, es precisamente en
estos momentos de dificultad cuando los contadores fortalecen su resiliencia,
desarrollan nuevas habilidades y se preparan para superar los desafíos futuros.
La
Clave de la Profesión
En
la maratón, la tentación de recurrir al dopaje para alcanzar la meta más
rápidamente es un peligro real que compromete la integridad del atleta y de la
competencia. De manera similar, en la contabilidad, la ética es la base sobre
la cual se construye toda la profesión. La presión por cumplir con plazos
ajustados, satisfacer las expectativas de los clientes o ajustar cifras puede
tentar a los contadores a tomar atajos, a manipular la información financiera o
a ignorar ciertas regulaciones. No obstante, la verdadera victoria en la
contabilidad al igual que en la maratón reside en mantener la integridad, en
respetar los principios éticos que guían nuestra práctica y en resistir la
tentación de sacrificar estos valores por un beneficio a corto plazo.
La
Necesidad de Flexibilidad
Algunos
podrían argumentar que la comparación entre la contabilidad y una maratón es
limitada, ya que una maratón sigue una ruta predefinida con reglas claras,
mientras que la contabilidad debe navegar por un terreno constantemente
cambiante y lleno de incertidumbres. Además, la contabilidad requiere un
enfoque flexible y adaptable, en lugar de seguir un camino rígido y lineal. Sin
embargo, es precisamente esta capacidad de adaptación lo que fortalece la
analogía, un maratonista exitoso no solo se prepara físicamente, sino que
también debe ser capaz de adaptarse a las condiciones cambiantes de la carrera,
desde el clima hasta el terreno. De la misma manera, un contador debe estar
preparado para enfrentar las complejidades de la profesión, sin perder de vista
los principios fundamentales que guían su práctica.
Conclusión
La
Meta de la Integridad
La
carrera de la contabilidad, como una maratón, no es para los que buscan atajos
o soluciones rápidas. Es una prueba de resistencia, de perseverancia y, sobre
todo, de ética. Los obstáculos que enfrentamos ya sean nuevas normativas,
cambios tecnológicos o presiones económicas son desafíos que nos fortalecen y
nos preparan para el futuro. Sin embargo, nunca debemos olvidar que, al igual
que en la maratón, la verdadera victoria en la contabilidad no reside en cruzar
la meta a cualquier costo, sino en llegar a ella con integridad, respetando los
principios que definen nuestra profesión y asegurando que cada paso que damos
esté guiado por la ética.
Este
es el mensaje que debe resonar entre los contadores, seguir adelante, enfrentar
cada desafío con determinación y nunca comprometer la base ética que sostiene
nuestra carrera. Como en una maratón, donde el éxito depende tanto de la
preparación física como del carácter del corredor, en la contabilidad, el éxito
se mide no solo por el conocimiento técnico, sino por la integridad con la que
ejercemos nuestra profesión.